Si tu PC realmente es de la edad de piedra, podrías mejor tratar de convertirla en algo diferente, como un "media-center", un router profesional, un servidor, o una computadora reducida para que naveguen por la web tu abuela o tu hermanito menor. Pero eso es otra historia.
Pero si querés seguir dándole un uso diario a tu vieja PC, seguí leyendo y enterate cómo.
1. Reinstalá tu Sistema Operativo
Con los años los sistemas operativos van acumulando desechos y así engordan y se ponen progrsivamente más pesados, comiendo tus limitados recursos y poniendo tu sistema virtualmente de rodillas. Incluso los antivirus y antiespías son muchas veces culpables de embarrarte tu máquina.
Aunque parece obvio, la mejor forma es empezar con una instalación fresca reinstalando el sistema operativo, pero muchos no lo saben o les da vagancia. Sí, es un dolor, pero por suerte hay herramientas para hacer el proceso más fácil.
• nLite and vLite para Windows XP y Vista, respectivamente, son grandes herramientas para no sólo automatizar una gran parte del proceso de reinstalación, sino que también sirven para adelgazarla quitando cosas innecesarias de la instalación por defecto y asegurándote así de que tenés una versión de Windows optimizada para tu viejo hardware. Y si no, podés buscar directamente en la Internet alguna versión "desatendida" de Windows que esté optimizada para bajos recursos.
• Hay muchísimas aplicaciones para ayudarte a hacer una copia de respaldo (back-up) de todos tus datos antes de reinstalar. No me voy a detener en este punto. Tal vez otro día.
2. Comprate una tarjeta de video nueva
Una grandiiiisima parte de lo que los humanos percibimos como lentitud mientras usamos una computadora son los retrasos y cuelgues de la interfaz gráfica de usuario, algo que duplicando o cuadruplicando la memoria y agrgándole carne al músculo de renderizado de tu GPU logrará un gran alivio. Las tarjetas gráficas se han abaratado en los últimos tiempos, así que gastando un poco en una tarjeta de video te puede ahorrar un gasto mayor en una PC nueva.
3. Maximizá tu RAM
Este es un punto poco tenido en cuenta, pero es un punto muy importante, y si no has maximizado el tamaño de la memoria RAM, hacelo. Ahora. Las memorias RAM se han abaratado bastante últimamente, especialmente si tenés una motherboard con una configuración común. Además, cuanta más RAM física tenés, menos memoria virtual mecesitás, ya que la memoria virtual es el disco duro que es muy lento en comparación con un chip de RAM. Averiguá qué tipo de memoria soporta tu motherboard y ponele unos cuantos megabytes. Recordá que para aprovechar hasta el último bit de una memoria de 4GB (o más) necesitás tener un sistema operativo de 64 bits.
4. Conseguite una pantalla más grande
Esto es más un juego psicológico que una verdadera actualización pero, lo juro, cada vez que uso una máquina con un monitor de 22" siento que mi máquina es uno o dos años más rápida. Simplemente tener más espacio en la pantalla ayuda bastante. Además, cuando decidas hacer el gran cambio, no necesitarás un monitor nuevo. Con la popularización de los LCD, éstos se van haciendo cada vez más baratos (no mucho por ahora) y los CRT más baratos aún.
5. Conseguite un disco duro más grande y más rápido
No existe el "demasiado espacio" cuando hablamos de almacenamiento de datos. Sabiendo que uno de los puntos más lentos en cuanto a transferencia de datos es el disco duro, no hay dudas de que es un punto a tener en cuenta. Si no querés tener a tu CPU sentada esperando años a que lleguen los datos del disco duro, es importante que tenga más RPM, que tenga una cache más grande (8MB es común ahora) y más espacio libre. Más espacio libre significa menor fragmentación, y menofragmentación significa no tener el cabezal saltando de aquí para allá para recuperar unos datos, porque es un proceso lento; los datos juntitos se recuperan más rápido. Además, recordemos que la memoria virtual está en el disco, así que si mejora el disco duro, mejora la memoria virtual.
6. Optimizá el tiempo de arranque
Otra contra psicológica es esperar 5 minutos para poder usar tu máquina desde que la prendés o reiniciás. Hay muchas aplicaciones que te permiten gestionar las aplicaciones que arrancan con tu sistema, muchas de las cuales usas muy poco para que valga la pena que se carguen al inicio. Por ejemplo, Spybot S&D, CCleaner, Tune Up, etcétera.
7. Limpiá tu navegador
Si pasás mucho tiempo usando tu navegador, al igual que tu sistema operativo, se irá hinchando progresivamente siendo cada vez más pesado. Podés tener decenas de extensiones en tu Firefox que no usas: deshabilitalas o desinstalalas. Además hay muchas guías sobre cómo mejorar la configuración de tu navegador para derle velocidad. Eliminá marcadores que no visitas nunca. Limpiá los archivos temporales (cache).
Si usas Internet Explorer, emm..., no lo uses más. Mejor usá Firefox, Opera, Chrome, etcétera.
8. Deshacete completamente de Windows
Si la mano viene dura y no podés gastar mucho, otra cosa que podés hacer es probar alguna distribución de GNU-Linux. Sí, es casi como aprender un idioma nuevo, pero en los últimos años pasó de ser chino a ser portugués o italiano (para los hispanohablantes). Las ventajas son: generalmente es gratis y legal; el kernel de Linux suele soportar el hardware viejo mejor que Windows; casi todas las distribuciones tienen un Live-CD con el que podés probarlo sin instalar nada en tu disco duro, y así saber si te sentís a gusto y si detecta todo tu hardware; y además hay tantos "sabores" (distribuciones) que podés probar unas cuantas hasta que encuentres la que mejor se adapte a tus necesidades. Si usas tu PC para poco más que navegar por la Web y chatear, tenés muy poco que perder con el cambio.
Eso es todo por ahora. Tal vez en otro post (o actualizando éste) pueda explayarme más sobre cada uno de los puntos que cité antes.
