viernes, 8 de febrero de 2008

Prisioneros de los aparatos/tecnologías

Un teléfono celular no es más que una tecnología que nos sirve para algo, un utensilio, cuando no una herramienta.

Las personas no deben adaptarse a los aparatos/tecnologías de que disponemos, sino que los aparatos deben adaptarse a nuestras necesidades. Los aparatos vienen a cubrir una necesidad, no a crear necesidades.

Todos deberían leer un relato de Julio Cortázar, "Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj" (tiene solo una página), y entenderían perfectamente a qué me refiero. Un relato de hace 46 años que es muy, muy actual.

Dicho todo eso, no hay que hacerse el rebelde y resistirse ni entregarse mansamente como ovejas a cualquier cosa que nos vendan. Tengo un celular que recibe llamadas y manda SMS, sólo para eso lo necesito, y me costó $ 20 en una promoción el año pasado. No necesito que saque fotos ni videos, ni que tenga Internet, ni que reproduzca música, ni nada de lo que traen (y no necesito) los celulares que cuestan más de diez veces lo que el mío.

Además, un minuto de llamada cuesta unas cuatro veces más que un SMS. Sin embargo, si medimos una llamada en bytes y lo comparamos con los bytes que ocupa un SMS (un minuto de llamada equivalen a varios miles de palabras escritas) podemos concluir que los mensajitos son un robo.

No hay comentarios: